Albarracín

Estoy convencida de que estarás disfrutando de unos días de asueto, poniendo kilómetros de distancia de tu entorno rutinario para tratar de despejar mente y cuerpo, algo imprescindible en estos tiempos que corren. Yo, por ahora, sigo anclada a mi ciudad aunque, con el pensamiento, abra una ventana y me vaya a un pueblo de cuento.



En este precioso lugar he estado unas cuantas veces y, casi todas ellas, por cuestiones relacionadas con mi profesión, pero nunca se me olvidará la primera vez que llegué a él. 

Cuando te vas acercando y dejas atrás Gea de Albarracín, la carretera se vuelve de goma, amoldándose a la forma sinuosa del río Guadalaviar, por ahora sano y de aguas heladas, donde las truchas nadan a sus anchas. 



Una curva más y la cola dentada de su muralla te da la bienvenida comprobando, después, que lo que abraza es un laberinto de casas que, amoldándose a la geografía escarpada del terreno, se encabalgan una sobre otras para mirar, desde las alturas, a ese río transparente. 



Casas rojas, rosadas y una, azul añil.



Pues bien, ya he llegado. Como voy a ser residente, tengo la opción de llegar con el coche hasta el aparcamiento que se encuentra muy cerca de la Torre Blanca evitándome, así, tener que subir cargada con la maleta por esas endiabladas cuestas. 

No voy a contarte mis largas estancias en esta villa, no quiero aburrirte, pero sí darte algunas referencias para que saques provecho a tu visita. Hay van las pistas.


  • Primera pista. Alojamiento
Muy cerca de donde he aparcado, se encuentran los cuatro lugares en los que me he hospedado en diferentes ocasiones.

El primero de ellos es la denominada Casa de Pintores, en la Calle San Juan 8. Esta es una de las residencias con las que cuenta la Fundación Santa María de Albarracín. Su enclave es perfecto, teniéndose desde ella una de las mejores vistas de este precioso pueblo. No busques lujos, pues no los hay, pero es acogedora, silenciosa y cuenta con todo lo necesario para que tu estancia sea de lo más agradable. Te aseguro que te sentirás como en casa.  


Avanzando un poco más, en el número 2 de la Plaza de la Seo, se ubica otra de las residencias de la Fundación, la Casa de Santa María. Ésta, más señorial y de mayor tamaño que la anterior, es igualmente acogedora y silenciosa. Aquí las vistas cambian, siendo la Catedral y el Castillo lo que verás desde sus ventanas. Habitaciones amplias, con techos de viguería ..., en definitiva, sencillez y calidez unidas. Tanto en una como en otra gozarás de plena independencia.

La rehabilitación de ambas, al igual que la Casa de la Julianeta, ha corrido a cargo de esta Fundación, cuya trabajo de dinamización y protección del Patrimonio Cultural ha ido creciendo, sin pausa, desde que se creó en 1996. Como sabes, para que las cosas funcionen correctamente, es necesario disponer de un equipo técnico competente y te aseguro que ella lo tiene en Antonio Jiménez, Carmen Risueño, Stephanie Murciano, Nacho Ginesta, Mariasun Gutierrez y muchos más. Y digo esto porque lo sé de primera mano. 



Si decides pasar tu estancia en alguna, ponte en contacto con ellos, seguro que estarán encantados de tenerte como huésped.

También en la Calle San Juan número 2, te encontrarás con La Casona del Ajiméz. Mi primera estancia aquí me cautivó, acababan de inaugurarla y todo era perfecto. Una decoración de ensueño, un desayuno fantástico en un recoleto jardín cuyo muro son los sillares del precioso castillo islámico y un comedor donde pasé buenas veladas y donde pude degustar unas maravillosas colmenillas rellenas de foie.

La segunda vez todo cambió y fue una decepción. El desayuno ya no tenía nada que ver y las cenas desaparecieron. Según me contaron, la gestión cambió de manos. En la actualidad, no se como estará, no he vuelto a alojarme en él. Todo es probar.

El cuarto lugar es el hotel Casa de Santiago. Éste lo hallarás cerca de la Plaza Mayor, junto a la Iglesia de Santiago, concretamente en la Calle Subida a las Torres 11. Jesús y María Jesús se encargan de gestionar este hotel recoleto, decorado con sencillez y sumamente agradable. Cuenta con un pequeño restaurante donde te servirán una comida sin pretensiones, tradicional y bien elaborada. Todavía recuerdo el delicioso plato de cardo con almendras que tomé aquí. 


  • Segunda pista. Recorridos
Ya instalado, es el momento de caminar por este precioso enclave y perderse entre sus estrechas y empedradas calles. Arriba, los aleros de las casas se dan la mano, proporcionando esa sombra, tan de agradecer, en días calurosos. En fríos...la cosa cambia. 



Magníficos trabajos de forja saldrán a tu paso en rejas, aldabas y clavos. Camina atento. 



Si lo que buscas es hacer un recorrido más histórico-artístico entonces te propongo que te acerques hasta la Iglesia de Santa María donde, con suerte, puede que durante tu estancia coincidas con algún ciclo de conciertos. A dos pasos de ella, la Torre Blanca, espacio de exposiciones y uno de los lugares desde los que tener unas buenas vistas si subes hasta su mirador. El Antiguo Hospital, hoy reconvertido en el Museo de Albarracín, que cuenta con una interesante exposición permanente. La Ermita de San Juan, levantada sobre la antigua sinagoga, el Castillo, el museo Diocesano, la Catedral del Salvador, la Iglesia de Santiago... 

Algunos de estos lugares podrás visitarlos por tu cuenta pero, para acceder a otros, deberás dirigirte al Centro de Información de la Fundación. Serán quienes te guíen y te abran las puertas de aquellos espacios custodiados por ellos. 

Pero aquí no acaban tus posibilidades de perderte. La siguiente propuesta es la subida a la Muralla, eso sí, con calzado cómodo y antideslizante.



Desde ella tendrás una visión de conjunto insuperable. Te aseguro que el ascenso merece la pena. Su "asalto" puedes hacerlo por tres sitios diferentes, por el Portal de Molina, por la Calle Subida a las Torres o por la Calle del Chorro. Si dudas, pregunta a un lugareño, sabrá informarte para llegar. 



Y de las alturas al río. El fantástico "paseo fluvial" podrás acometerlo desde diversos puntos como, por ejemplo, desde el Puente Colgante que se encuentra muy cerca del parque municipal. 

Si tienes la suerte de recorrerlo en soledad, disfrutarás del sonido del agua y del viento en los árboles. Pasarelas, puentes, molinos, pequeñas sendas...Un recorrido que no debes perderte. 



  • Tercera pista. Gastronomía

No te preocupes, no me he olvidado del aspecto culinario. Si tu intención es comer de bocadillo, te propongo que compres un pan de aceite en la Panadería Ibáñez (Calle de Santiago 20) y lo rellenes con embutidos de caza, patés (incluso de aceitunas negras) jamón de Teruel o quesos de la zona. Productos que podrás encontrar en la Charcutería Muñoz (Calle Diputación Provincial 3). 

Si por el contrario te apetece tapear, te recomiendo La Despensa (Calle Chorro 18) más conocido por "la Tusta" nombre de quien lo regenta desde hace ya unos cuantos años. Lugar pequeño y acogedor donde degustar vinos de la tierra en compañía de buenos embutidos, quesos, raciones y montaditos.  

Pero te doy también otra pista, se trata de La Taba (Travesía de la Catedral 9). Aquí las tapas son más elaboradas y podrás probar humus, bombones de morcilla, croquetas crujientes, torta de pastor…pero también, en el caso de que ya hayas satisfecho tu apetito, podrás tomarte una copa, o dos.


En el caso de que seas más de mesa y mantel y quieras una cocina autóctona pero renovada entonces, acércate hasta Tiempo de Ensueño. Decoración cuidada, servicio atento, enclave estupendo y buena cocina. Una cosa, no olvides pedir las torrijas. 



Para terminar tu velada, si es que has decidido cenar y luego pasear por las calles tranquilas, mi recomendación es que te acerques hasta El Molino del Gato. Un antiguo molino rehabilitado donde podrás pasar un rato agradable. Si la noche acompaña, meteorológicamente hablando, podrás sentarte en sus mesas al aire libre y escuchar el murmullo del río. Angelínes, Marcus y José Miguel (Gato para los amigos) serán tus anfitriones.


Por cierto, ellos también son los dueños de un hotel, La casa del Tío Americano. Aquí no me he hospedado, solo he entrado a ver sus espacios comunes, de ahí que no pueda hacer una valoración en profundidad. Solo puedo decirte que lo que vi me encantó. Si alguna vez me alojo en él, ya te contaré.  

  • Cuarta pista. Escapada
Si ya has visto la ciudad y te apetece hacer una escapada a la naturaleza te propongo un plan, acercarte a ver la Cascada del Molino Viejo. En menos de 20 minutos y a unos 6 km antes de llegar a Calomarde te encontrarás con un precioso enclave originado por el salto del río Fuente del Berro. Desde el aparcamiento ya se deja ver pero, acércate más y baja hasta ella por escaleras y pasarelas, así obtendrás mejores perspectivas de este bonito enclave natural.


Volviendo sobre nuestros pasos y tomando dirección Tramacastilla, a mano izquierda, te encontrarás con la indicación de la Hospedería El Batán. De los mismo dueños que Tiempo de Ensueño y el único restaurante de Teruel galardonado con una estrella Michelin. Mi consejo? para en él.

Al otro lado del camino, puede que te encuentres con campos en barbecho donde las amapolas se han hecho dueñas y señoras del terreno.



Pero la escapada no acaba aquí. Vuelve hasta Albarracín y pon rumbo, por la carretera A-1703 hacia Royuela, Terriente y Toril. Continúa por la TE-V-9122 en dirección a El Vallecillo. Antes de llegar, te encontrarás con El Molino de San Pedro


Apetecible, no?

Mi ventana se cierra, es momento de regresar y lo hago por otro camino,  el Parque Natural del Alto Tajo y el de la Serranía de Cuenca. Una carretera preciosa y que disfrutarás si no eres propenso a marearte con las curvas. Pasarás, entre otros lugares, por Uña, el Embalse de la Toba y el Ventano del Diablo, para ahí y asómate.


Solo una última cosa…Disfruta!!






4 comentarios:

  1. Temía este día. Sabía que tarde o temprano llegaría...
    Lo siento "ojitos de gata" pero este post no lo pienso ver ni leer hasta que vaya a ese lugar idílico del que taaantas veces me has hablado. He tenido una lucha interna conmigo misma antes de decidirme..."lo veo, no lo veo. Lo leo, no lo leo". Finalmente he decidido ser fuerte y vencer mi curiosidad (que como sabes es muy grande!). Quiero llegar allí sin pistas, sin ver fotos previas; pero eso si, contigo como Cicerone :).
    Próxima parada: Albarracín.

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    1. Pero Spiritu, no me seas!!! jajaja!! que te doy pistas para que elijas buenos sitios donde pasar la noche!!! jajaja. Bueno, no importa, ya te lo contaré al oído. :)

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  2. Sólo puedo decir que con las recomendaciones de "Lúa" mi estancia en Albarracín fue un auténtico cuento!...... ;)

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