Madrid a mordiscos.

Hoy me quedo en Madrid y te propongo que me acompañes por este recorrido, ante todo gastronómico, a través de los barrios de Santo Domingo y Santiago

Nuestro punto de partida será el Hotel Mercure Madrid Santo Domingo, situado en la esquina de la Calle San Bernardo con la Plaza de Santo Domingo, pues de él tengo que recomendarte dos cosas.

La primera, su magnifico y enorme Jardín Vertical. 



Gracias a la profesionalidad del equipo formado por mi buena amiga Elena Rodríguez, Valentín García y Maider Garro, socios fundadores de Deodara Natura, este espacio muestra todo su esplendor en cualquier época del año.




Además, en verano podrás disfrutar de él tomándote una copa desde su azotea, lugar donde se encuentra el Sunset Lookers, terraza abierta a los tejados de Madrid pero con un horario un poco "estrecho", pues solo está abierta de 21 a 23.30 horas desde julio a finales de septiembre. 

Para la segunda recomendación hay que bajar a las mazmorras y nunca mejor dicho pues fue en dichas mazmorras del XVI donde la "simpática" Inquisición encerraba a los reos hasta el día de ser ajusticiados. No temas, ahora lo que encontrarás es una moderna coctelería, Las cuevas de Sandó. Un lugar curioso, donde han sabido sacar provecho a su singularidad. 

cuevasdesando.com
Bajemos ahora por la Calle de la Bola para acercarnos hasta dos sitios que me traen muy buenos recuerdos. 

El primero de ellos es la Taberna El Mollete

www.elblog.info
Minúsculo local donde, en mi época de estudiante de restauración, di buena cuenta de deliciosos bocadillos y tortillas, preparadas con todo cariño por Úrsula. Se ha renovado en decoración y en platos pero, afortunadamente, al frente de su cocina sigue ella, garantía de que en este sitio se come rico.

Al igual que las cuevas, éste espacio también guarda su historia. Lo primero que hubo aquí fue una carbonería, allá por el s. XVIII. En el XIX, pasaría a manos del famoso bandolero Luis Candelas quien la convertiría en la Taberna Traganiños dejándosela, antes de ser ajusticiado, a su amigo Vicente Mollet o como él le llamaba, "el Mollete".

El segundo es La Taberna la Bola.


En 1870, la Rayúa, matriarca de la familia Verdasco, se haría con esta esquina ocupada anteriormente por una botillería y desde entonces, ellos siguen regentándola. Su cocido, hecho en puchero sobre carbón de encina es tan famoso como uno de los integrantes de este clan familiar, el tenista Fernando Verdasco.

¿Que por qué me trae también buenos recuerdos? sencillo, aquí celebré mi ingreso en la Escuela de Conservación. 


Dejando a la derecha la Casa Palacio de Rejas, sede de la escuela, continuemos hasta el final de la Calle Guillermo Rolland pues quiero enseñarte otro sitio, sobre todo para carnívoros. 

Se trata del restaurante El Buey. 


Especializado en cocina tradicional y donde su plato estrella es el lomo de buey al carbón, cocinado por ti mismo sobre platos refractarios (nada aconsejable para un día de verano). Hace mucho que no voy, pero recuerdo que tenían buena materia prima. Habrá que volver para comprobar si sigue siendo así.

Hemos llegado a la Plaza de la Marina Española y estamos frente al Senado, del cual solo puedo decirte que hagas una visita a su Biblioteca, te dejará con la boca abierta.

hanganadolosmalos.blogspot
A mano derecha se encuentra la Calle Torija, famosa por encontrarse en el número 14 la segunda sede del Tribunal de la Inquisición, desde 1780 a 1820. Pero también porque aquí, en el número 7 y desde 1970 está abierto el Café de Chinitas, tablao flamenco que ha visto pasar a bailaores como La Chunga. Bueno, y porque ahí vivía antes Pitita Ridruejo, ya sabes, la de las apariciones marianas.

A mano izquierda, la Calle Encarnación, una calle de Madrid donde no me importaría vivir. Es aquí donde se encuentra El Alambique, una tienda para los amantes de la cocina, donde además de encontrar todo tipo de objetos dan clases para principiantes y avanzados en el arte culinario.

alambique.com
Pero sigamos en la Plaza de la Marina Española pues quiero que veas otro sitio: Caripén



Antiguo tablao flamenco de Lola Flores y el Pescailla, reconvertido desde el año 93 en un curioso bistró. Podrás comer ricos platos de la gastronomía franco-belga como los escargots a la bourguignon, los mejillones de roca en salsa de nata o la ensalada de mollejas confitadas entre otros y todo ello acompañado, sobre  todo entre semana, por personajes de la farándula que se acercan hasta aquí después de sus actuaciones nocturnas. Un buen sitio donde ir a cenar si has salido tarde de algún espectáculo. Cierran a las 3 de la madrugada.

Nos ponemos de nuevo en camino, dirigiéndonos hacia la Plaza de Oriente a través de los Jardines del Cabo Noval.



En la Plaza se encuentra el conocido Café de Oriente y quiero contarte una bonita historia que sucedió aquí ya hace muchos años. 



Un pequeño gorrión, de nombre Benito, se las ingeniaba todas las mañanas para acceder, aprovechando la entrada de los clientes, a este café. Ahí, pasaba el día, alimentándose de las migas que caían al suelo, bebiendo agua de la pila de zinc y reposando discretamente al calor de la caja de luz de emergencia. Por suerte, tuve el placer de conocer a este simpático inquilino. Si quieres, puedes verle en este reportaje que le hicieron en la 2 de TVE.


Subiendo por la Calle Lepanto, y antes de llegar a la Plaza de Ramales nos encontraremos con una preciosa panadería de lujo, Quadra Panis. Seguro que no podrás resistirte a comprar alguno de sus deliciosos panes realizados con harinas etíopes, mejicanas, egipcias…todo un placer. 


Hemos llegado a Ramales.


Es el momento de entrar por la Calle Amnistía para acercarnos hasta un restaurante muy querido por mi, La Esquina del Real


Jesús, su propietario y amigo desde hace muchos años, realiza en sus fogones estupendos platos franceses: ensalada de pintada, faisán asado con mostaza de cassis, Steak Tartare, Solomillo con salsa de colmenillas, crocanti de chocolate con base de praliné... Todo ello en un ambiente recogido y muy cálido. Si entras en su página verás que tienen unos cupones descuento de lo más interesantes. Quién sabe, el día que vayas puede que tengas de compañero de mesa a algún Borbón, y no es broma.
restalo.es
Con solo torcer la esquina podemos acercarnos hasta Algarabía. Es aquí, en la Calle de la Unión, donde las hermanas Pilar e Isabel se encargan de gestionar este restaurante riojano. Dos enamoradas de su trabajo y sobre todo de viajar que te harán pasar un rato agradable en un espacio íntimo y acogedor. Sus croquetas de espinacas son absolutamente deliciosas.
restaurantealgarabia.com
Ahora subiremos por la tranquila Calle del Espejo para llegar a la Calle de Santiago donde se localiza Taberneros



Si te gustan los buenos vinos, aquí encontrarás una amplia selección que podrás degustar acompañado con platos de tradición española, como la tortillita de camarones, u otros internacionales. Muros de ladrillo, iluminación sutil y bodega a la vista son la clave de su decoración.

Sigamos rumbo a la Plaza de Santiago para pararnos en La Gastroteca de Santiago.
gastrotecadesantiago.es
Este restaurante, de los mismos socios de Taberneros, abre sus dos ventanales sobre ésta plaza reconvertida en peatonal, permitiéndote disfrutar de ella plenamente al tiempo que das buena cuenta de los platos que, basados en una cocina de mercado, irán saliendo de su taller - culinario. Ah!! en verano cuenta con una más que agradable terraza.

Ahora nos adentraremos por la Travesía del Biombo para salir a los pies de la Iglesia de San Nicolás de Bari, parroquia de la comunidad italiana en Madrid que cuenta con la torre mudéjar más antigua de la ciudad y, en cuyo interior, reposan los restos del arquitecto Juan de Herrera, artífice de obras tan conocidos por todos como el Palacio de Aranjuez y el Monasterio del Escorial.



Nada más salir nos encontremos con un bonito rincón donde en un antiguo taller de fragua lleva asentado, desde 1965, el Txoko- Zar. Una de las pocas sociedades gastronómicas vascas que hay en Madrid, donde solo cocinan los hombres y al cual no podrás acceder si no eres socio o no has sido invitado.



Estamos llegando al final, no sin antes decirte que si quieres endulzarte la boca como colofón a nuestras andanzas, nada mejor que hacerlo entrando en La Santiaguesa (C/ Mayor 73) de donde no podrás salir sin pecar.  

Hasta pronto!!


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