Miki. Un japonés bajo el árbol.


Ya hace tiempo que la gastronomía japonesa fue colonizando los paladares occidentales de manera sutil, discreta, sin estridencias y con su refinamiento nos fue seduciendo hasta quedar fascinados.

Ante el tirón que estaba suscitando, muchos restaurantes se apuntaron a ella tratando de emular sus platos pero careciendo de una base técnica, sólida y profesional. Así, hicieron pasar por comida nipona simples rollos de arroz envueltos en algas gomosas difíciles de tragar o pescados crudos, insípidos y resecos, separados de su medio natural en épocas prehistóricas.

Por suerte, existen muchos otros que siguen fielmente la tradición y ofrecen a los comensales productos frescos ejecutados con maestría y plenos de sabor. 

Uno de ellos es éste del que hoy quiero hablarte.



En el Barrio de Prosperidad, en una callecita frente al Auditorio Nacional de Música, se esconde este restaurante que, estoy convencida, no hubiera descubierto de no ser por mi amigo Javier, un amante de la cultura japonesa en toda su extensión, que me ha ido descubriendo joyas como ésta. 

De hecho, tal es su pasión por el país del Sol Naciente que hasta en el grupo de música, del que él es guitarrista, adoptó como nombre el del índice bursátil del mercado japonés. Sí ese que estás pensando, Nikkei.

Pues bien, siguiendo su consejo aquí estoy.

Nada más entrar y tras la pequeña barra, Hiroo Miki se desenvuelve con la elegancia y seriedad de los que saben ejecutar su trabajo con precisión y mimo para elaborar unos platos que se acercan al cliente elegantes, sin discordancias


Al fondo, en el pequeño salón donde las mesas guardan las distancias cubiertas por las esquemáticas ramas de un árbol invernal, tomo asiento para dar inicio a la degustación.

Salteado de vieiras y setas shimeji con un fondo de mentaiko (huevas marinadas de abadejo). 

Tataki de Hamachi con ponzu (ese delicioso pez de cola amarilla conocido como pez limón de sabor suave y textura muy particular aderezado con una vinagreta en la que se combina el sabor cítrico del yuzu con vinagre de arroz y caldo japonés elaborado con atún) 

Una selección de nigiris de tamaño perfecto y frescura impecable y, por último, dos Uramaki

El primero, de atún picante con huevas de tobiko y crujiente de tempura y el segundo, un Dragón elaborado con anguila, pepino y aguacate donde la fruta, en láminas milimétricas, recubre el arroz conformando una piel a modo de escamas. 

Y ya que ando entre dragones ¿qué mejor compañía que un vino de nombre Pazo das Bruxas

En resumen, una materia prima excelente.



C/ Duque de Sevilla 4

Teléfono: 910 83 69 63

Madrid


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