Bologna, la ciudad donde no te mojas.

Cinco días en Bologna dan para mucho pero, no temas, no te voy a relatar cada uno de ellos pormenorizadamente. Te haré un resumen para que, si no has ido nunca, te pique la curiosidad de acercarte hasta la bonita capital de la Emilia-Romagna.



Lo primero que hay que hacer es elegir un lugar donde sentirte como en casa, céntrico y agradable. Yo encontré uno de nombre Molineventidue, un Bed&Breakfast donde solo estarás tú. Dispondrás de una enorme habitación con salón privado y baño y el desayuno lo harás en la planta superior, en una preciosa y luminosa cocina donde tendrás a la mesa todo tipo de viandas que te ayudarán a comenzar el día con la energía suficiente para tus andanzas por la ciudad.



Pues venga, es el momento de irnos a pasear y lo primero que voy a hacer es acercarme hasta el Canale delle Moline. Se encuentra a dos pasos de donde me alojo y desde la ventanita de Via Piella puedo ver como el agua discurre entre las casas, al estilo de una Venezia en miniatura. Es uno de los pocos que no fueron soterrados pero, si dispones de tiempo y ganas, con la Associazione Amici delle Vie d´Acqua podrás recorrer el subsuelo descubriendo el resto de canales. Una alternativa distinta de conocer la ciudad.



Yo sigo a cielo abierto y me encamino por Via Oberdan hacia Piazza Maggiore, renombrada por Lucio Dalla como Piazza Grande en su preciosa canción homónima. Un bonito homenaje a su ciudad natal.

De camino, sale a mi paso la impresionante Torre Prendiparte, remodelada para ofrecer servicio de B&B y también la Azzoguidi, los dos primeros ejemplos de las veintidós que todavía siguen en pie aunque, muchas de ellas, solo conserven el arranque y hayan perdido gran parte de su altura original. 



Y hablando de torres, es el momento de hacer los honores a las dos más conocidas, la Asinelli y la Garisenda, convertidas en todo un símbolo para la ciudad. Desde Oberdan desemboco en Via Rizzoli y ahí, a mi izquierda, puedo ver majestuosa la primera de ellas.



Como bien sabes, si me has seguido hasta aquí, mi predilección por subirme a las alturas permanece inalterable de ahí que, rauda, me dirija a su puerta de acceso; además puedo hacerlo pues ya terminé mis estudios universitarios pero, si tú no los has finalizado ¡¡NO SUBAS!! la leyenda dice que no los terminarás. 

Pago los 3€ que cuesta el billete y ¡¡hala, a escalar los casi 500 peldaños!!. En la subida constato que la fiebre por dejar monedas en determinados lugares emblemáticos también ha alcanzado a esta torre... lo que no sé, es que deseo pedirán aquí.



Y una vez recuperado el aliento, es el momento de disfrutar de la vistas magnificas que desde ella se tienen de la "ciudad roja".



De nuevo a ras de tierra, levanto la mirada hacia "la Garisenda" y entiendo el por qué no es posible acceder a ella. Su inclinación, desde este punto de vista, es de vértigo.




Como estoy a dos pasos de la Librería Feltrinelli, aprovecho para darme un paseo entre sus estanterías y adquirir algún que otro libro y algo de música. Hechas las compras, es  momento de acercarme, ahora sí, hasta la Piazza Maggiore y de paso hacer un descanso para tomar un café con San Petronio de fondo. 

En el flanco derecho de donde descanso se levanta la Fontana del Nettuno, y junto a ella 



el Palazzo d´Accursio donde, además de ser la sede del Comune di Bologna contiene, sobre uno de sus muros exteriores, el denominado Sagrario de los Partisanos caídos de Bologna y provincia. En ese muro, fueron llevados a cabo fusilamientos sumarios por parte de los alemanes y de las Brigadas Negras contra partisanos italianos y antifascistas convirtiéndose, desde 1945, en lugar de recuerdo a su memoria. Grandes paneles con retratos y fotos de la época sirven para recordar aquellos tristes acontecimientos. 



Pongo dirección a il Quadrilatero atravesando la fachada del Palazzo dei Banchi me sumerjo en un dédalo de calles y callejones donde se desenvuelve un mercado en el que los productos se exhiben sobre mostradores enclavados en la calle. Pescados, pasta fresca, embutidos, verduras…una fiesta de olores y colores. ¡¡No te lo pierdas!!. 



Y ya que estoy por aquí, nada mejor que entrar en Tamburini y comprar una riquísima mortadella y sus magníficos tortellini.

Pero si a ti te van otro tipo de compras también lo tienes fácil. Sigue callejeando y dirígete hacia Via Luigi Carlo Farini y ahí te encontrarás con la exclusiva Galleria Cavour, donde podrás elegir entre Fendi, Bottega Veneta, Bulgari, Chopard, Vuitton, Prada y unas cuantas más. El lujo del lujo.

Seguro que después de tantas compras y subidas a torres te ha entrado hambre ¿no? pues entonces, te propongo un lugar muy cerca de aquí, el Ristorante 7 Archi donde, entre comida tradicional u otra más innovadora, seguro que saciarás tu apetito. La terraza es simplemente fantástica, sobre todo de noche.

Para bajar la comida nada mejor que una visita al Archiginnasio, a tres minutos de la puerta del restaurante. 



Un elegante edificio que, desde el XVI y hasta el XIX sirvió de sede para las carreras de Derecho, Filosofía, Matemáticas, Física, Ciencias Naturales y Medicina siendo, en la actualidad, la Biblioteca Comunale. Date una vuelta por él y entra al Teatro Anatómico, aula de anatomía realizada por entero en madera de abeto. Estoy convencida que te encantará.

La hora del relax ha llegado y hay que disfrutarla en un sitio donde realmente puedas hacerlo, el Nu Lounge Bar (Via de Musei 6). Apetecible ¿verdad?



Aquí mismo, bajo este Pórtico della Morte, se encuentra una librería que, abierta en 1825, se considera la más antigua de la ciudad. Te hablo de la Librería Nanni, especializada en libros raros y descatalogados, aunque también hay sitio para planos, carteles, cómic, estampas…eso sí, todo ello muy vintage. Descubrirás que buena parte del material se expone en el exterior sobre curiosos puestos, cuyos cierres de persiana, te harán recordar las antiguas paneras de madera.




Ahora es cuando te cuento el por qué del título de esta entrada. Esta ciudad cuenta con el conjunto más extenso y mejor conservado de PÓRTICOS, que van desde el siglo XI hasta el XX. 



Así, moviéndote por su centro histórico, contarás con 38 km para caminar o correr a cubierto y 4 más si te acercas hasta el Santuario della Madonna di San Luca. El recorrido hasta él empieza llano desde Via Saragozza pero, irá subiendo y subiendo por una pendiente que te parecerá interminable. Aprovisiónate de agua, te hará falta.




De vuelta al centro de la ciudad me acerco hasta la Basilica di Santo Stefano, donde la conjunción de edificios de culto crean un decorado perfecto para la plaza que lleva su nombre. 



Y frente a ella, una sucesión de palacios entre los que se encuentra, ocupando el centro de la imagen y con un solo arco, la Casa Sforno, vivienda de una familia de prestamistas judíos procedentes de Barcelona e instalados aquí en el siglo XV.



Y estando en la cuna de las Universidades europeas, es momento de darse una vuelta por el barrio universitario, situado entre las vías Zamboni, Belle Arti, Largo Respigli y Piazza Giuseppe Verdi.


ac-ilsestante.it
Lo más probable es que coincidas con algunos universitarios celebrando su fiesta de "laurea" acompañados, por supuesto, por una cohorte de amigos y parientes. Para distinguir al recién laureato, solo tienes que fijarte en quién es el que lleva, sobre su cabeza, una corona de laurel adornada con una cinta, si bien en ocasiones está clarísimo.



Ah!! si te sabes el color que distingue a cada facultad, sabrás que estudios ha terminado por el color de esa cinta.

Y ya que estamos por aquí te diré que en Via Belle Arti se encuentran dos sitios que están bien para la hora de la comida. Uno es la Trattoria Belle Arti lugar muy concurrido y conocido. A la entrada y nada más pasar la barra, un enorme horno de leña te dará la bienvenida, al igual que el olor a pizza. El otro, el Ristoro del Meridione, con comida lucana para degustar en un espacio íntimo y agradable.



Para cenar, te propongo Il Cantuccio (Via Volturno 4) restaurante pequeño, muy acogedor y cuya especialidad son los platos con base de pescado. 

Pero si lo que te apetece es cocina autóctona y entorno histórico entonces, acércate hasta la Osteria de`Poeti. Un restaurante como el Botín de Madrid, pero a la bolognesa.



Como recuerdo, nada mejor que llevarse un buen trozo de parmiggiano y para comprarlo lo tengo fácil. Al lado de mi alojamiento, en Via Oberdam 45 me encuentro con un pequeño local de nombre Al Regno della Forma. Abstenerse de entrar los que odien el queso y … su olor. 


Fotografía de Paolo B
Ahora, te toca a ti.



2 comentarios:

  1. No podría haberlo hecho mejor...
    dan ganas de ir!!!
    un abrazo

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  2. Muchas gracias Pippo!! estas palabras dichas por un boloñés son todo un honor!! Un abrazo fuerte.

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